Dime por qué permitiste que mi cama se volviese una desconocida; ahora la comodidad que sentía ya no es más que un pasado poco prometedor ante un futuro conocidamente frustrante. Dejaste que la pizza barbacoa se convirtiese en cuatro quesos y que las duchas pasasen de treinta a dos minutos. La efímera perfección desguionizada. Dime, por lo menos, que tú tampoco lo habías planeado. Te echo demasiado de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario