domingo

Miraba fijamente por la ventana cuando llegó. Se subió silencioso al contenedor e intentó abrirlo. Yo atendía a mi conversación sin dejar de observarlo. Él permanecía impasible ante mi mirada. Era un día cualquiera cuando un gato blanco llamó a mi puerta sin decir apenas nada. En un arrebato de locura le dejé entrar y, abrazándonos, hicimos que el resto parecieran inhumanos.

1 comentario:

  1. peroo es un blog d moda o de textos chulis?muy bonitoo
    sigueme amoriño mio!
    Muaaaaaaaaaaaaaa

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